Por Marcelo Salgado
Luego de 20 años, se vuelven a reunir en la Cumbre de RIO+20, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, volverá a reunir a líderes de los principales países industrializados y a referentes de las grandes corporaciones, entre distintos actores vinculados al debate sobre el futuro de los recursos naturales y los procesos productivos.
Al igual que hace 20 años, el eje central del debate y las negociaciones giraran en torno a la profundización de los modelos productivos vigentes, el mercado y el consumo de estas economías hegemónicas.
Como resultado de Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo realizada en 1.992, se elaboro la Agenda 21 que sintetizo recomendaciones y acciones para promover el desarrollo sostenible.
Si bien en este programa se tomaron muchos planteos sobre el cuidado del ambiente y la salud, a lo largo de estos 20 años, con plena hegemonía del pensamiento neoliberal, se avanzo en sentido contrario al concepto de “sustentabilidad” y se consolido un modelo extractivista y de gran rentabilidad a corto plazo, que hoy se profundiza no solo en los países del primer mundo, sino en las economías “emergentes”.
En esta oportunidad, los debates se centrarán por un lado sobre una economía verde en el contexto de la erradicación de la pobreza desde el desarrollo sostenible, y otro referido al marco institucional para el desarrollo sostenible; ambos ejes se abordaran desde lo que se denominan 7 cuestiones críticas, que requieren debate y atención prioritaria, y que son: puestos de trabajo decentes, la energía, las ciudades sostenibles, seguridad alimentaria y la agricultura sostenible, el agua, los océanos y de preparación para casos de desastre.
Esta cumbre tendrá varios condicionantes, distintos a los de 20 años atrás; los principales son el deterioro ambiental, producto del desarrollo “NO” sostenible y la profunda crisis económica del capitalismo neoliberal de los países centrales y la “disputas” de estas economías con las emergentes, no solo por los mercados, sino por la “apropiación” de las reservas de recursos naturales renovables y no renovables.
Pero así, como a principios de los 90, en nombre del desarrollo sostenible, se avanzó en sentido contrario, es muy probable, que las transnacionales y las economías más importantes, impongan nuevos criterios y a partir de esta cumbre empecemos a hablar de lo que Barack Obama ha dado por llamar el Green New Deal o “Capitalismo Verde” y se refuercen algunos conceptos como la Responsabilidad Social Empresaria o la tan mencionada “Licencia Social”, “Energias Limpias”, términos que empiezan a reordenar los ejes del discurso justificador de estos emprendimientos extractivistas.
Frente a esta avanzada, numerosas organizaciones de la sociedad civil, movimientos sociales, culturales e incluso algunos Países (víctimas del saqueo), nos estamos agrupando en la Cumbre de los Pueblos, que se realizará paralelamente a RIO+20, para debatir una agenda, cuyos ejes centrales será la construcción de alternativas al modelo extractivista, cuyo base de sustentación sea el respeto de los bienes naturales y de los seres humanos.
Este debate que se esta por realizar tanto en la cumbre convocada por Naciones Unidas, como la que se llevará a cabo en la Cumbre de los Pueblos, encuentro paralelo organizado por movimientos sociales, ambientales, culturales y representaciones políticas de numerosos países, tienen su correlato en la realidad concreta y en el futuro de nuestra provincia.
Capitalismo verde en el Chaco
Los anuncios oficiales del gobierno provincial sobre la entrega de tierras vía CORFOR para su explotación a capitales extranjeros como los Saudíes de All Korayeff o los norteamericanos de Forbes Energy; el financiamiento con dinero público de todos los chaqueños a empresas como Tres Arroyos o Vetorial, la falta de controles reales y serios frente al desmonte indiscriminado del bosque chaqueño para emprendimientos silvopastoriles de dudosa efectividad o las fumigaciones aéreas que contaminan el suelo y el agua y afectan a las poblaciones cercanas a las mismas, y que según fuentes oficiales, han tenido un impacto negativo en la salud y calidad de vida de las mismas.
Todo indica, que el poder político que gobierna nuestra provincia, ha decidido avanzar y profundizar a como de lugar este modelo extractivo, depredador y de enorme rentabilidad a corto plazo; ya esta trabajando y sumando a su discurso y puesta en practica de lo que acordarán los países y transnacionales mas poderosas del mundo, muy pronto escucharemos a nuestros funcionarios hablar de “economía verde”, y de ofrecer acciones en “mercado de carbono”, inversiones atractivas en los “mercados de servicios ambientales” o de “compensaciones por biodiversidad” y por supuesto, lo acompañaran con la justificación que solo a través de esto, nuestra provincia resolverá la falta de empleo y la pobreza.
Recientemente, nuestra provincia fue noticia a partir de las denuncias sobre el desmonte ilegal del bosque chaqueño, esta situación grafica muy bien el nuevo paradigma denominado capitalismo verde, especialmente en lo que se denomina mercado del Carbono, ahora, violando todas las normativas, avanzan en la deforestación indiscriminada, para dentro de unos años, volver a reforestar, no con las especies nativas, sino con Eucaliptos u otras especies mas rentables, estas reforestaciones en forma de “bonos de carbón” se “venderán” en las bolsas de comercios a empresas de los países centrales, para que estos sigan contaminando en sus países de origen.
Es decir, las mismas transnacionales que contaminan, no solo se “adueñaran” de nuestros bosques, sino que “privatizaran” y controlarán hasta el aire que respiramos; un negocio redondo del que varios querrán ser parte en detrimento de las grandes mayorías.
Pero los “bonos de carbón” son solo una parte de la venta de servicios ambientales, las otras variantes también se aplicarán en nuestra provincia y el conjunto de chaqueñas y chaqueños seremos afectados por ellos.
Esto nos obliga a pensar, no solo como resistimos la profundización del modelo, sino como desarrollamos un modelo productivo que produzca sustentablemente respetando y cuidando nuestras riquezas, industrializando en origen las materias primas, generando trabajo para nuestra población o buscamos el camino mas corto, entregando nuestro territorio a esta nueva forma de colonialismo, violando nuestra soberanía y leyes y exponiendo al riesgo ambiental, social y atentando contra el futuro de las generaciones de chaqueños.