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Por UN-GLS
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (o “Rio+20”) comenzó el 20 de junio del 2012 reuniendo a 191 Estados Miembros y observadores, incluyendo 79 Jefes de Estado y de Gobierno; alrededor de 10,000 representantes de “grupos mayores”; y más de 30,000 otros participantes (parlamentarios, alcaldes, responsables de la ONU, directores ejecutivos, etc.). Su documento final – intitulado “El futuro que queremos” – ya había sido aprobado por los Estados Miembros el 19 de junio – después de negociaciones informales intensas – pero fue adoptado oficialmente por los Estados Miembros durante el cierre de la Conferencia de Rio+20, el 22 de junio.
El texto negociado se concentra sobre una amplia gama de áreas y temáticas que tienen como objetivo promover e implementar el desarrollo sostenible a todos los niveles. El documento final lanza un procedimiento para establecer los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS); detalla el papel de una economía verde; refuerza el posicionamiento del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA); promueve medidas de responsabilización sobre la sostenibilidad de las empresas; critica los limites del producto interno bruto (PIB) para medir el crecimiento y el desarrollo; adopta un marco para un consumo y una producción sostenible; y aborda el financiamiento del desarrollo sostenible. Se concentra también en la mejora de la igualdad de sexos; reconoce la importancia de los compromisos voluntarios; e insiste sobre la necesidad de movilizar la sociedad civil y de incorporar la ciencia en la toma de decisiones públicas.
Sobre este punto, Sha Zukang, Secretario General para la Conferencia de Rio+20, se expresó sobre el documento final una vez las negociaciones terminadas: “Pensamos que el texto contiene un gran número de acciones. Si estas acciones son implementadas, y acompañadas de un seguimiento, una gran diferencia para un cambio mundial positivo es posible”.
Por otro lado, más de 700 compromisos voluntarios fueron anunciados por las organizaciones de la sociedad civil, empresas, el sistema de las Naciones Unidas, organizaciones internacionales y gobiernos, resultando en un total de US$ 513 mil millones de acciones para el desarrollo sostenible. Por ejemplo, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas recolectó más de 200 compromisos de empresas al final del Foro de Sostenibilidad Empresarial Rio+20 (Corporate Sustainability Forum), mientras que el Secretario General Ban Ki-moon anunció más de 100 compromisos para la energía sostenible. Estos compromisos van de la plantación de 100 millones de árboles para el 2017; la ecologización de 10,000 km² de desierto; ahorrar 1 Megawatt-hora de electricidad por día; y la autonomización de 5,000 mujeres empresarias en el sector de la economía verde en África. Para la lista completa de compromisos voluntarios haga clic aquí.
La sesión de apertura oficial de la Conferencia
En su discurso de apertura, Ban Ki-moon afirmó “Estamos en vista de un acuerdo histórico. No dejemos pasar esta ocasión. El mundo nos observa para ver si nuestras palabras serán traducidas en acciones, como sabemos que deben serlo: la conferencia de Rio+20 no es un fin, sino un principio”.
Los nueve “grupos mayores” también tuvieron la oportunidad de exponer sus declaraciones durante la sesión de apertura. El “grupo mayor” de mujeres lamentó la falta de compromisos sobre los derechos sexuales y reproductivos y deploró el rechazo de crear un alto comisionado para las futuras generaciones. El “grupo mayor” para la juventud (MGCY según sus siglas en inglés) también se concentró sobre el vacío de los compromisos del texto negociado, incluyendo el reconocimiento de las fronteras planetarias, el derecho a la alimentación, al agua, a la salud, y un alto comisionado para la juventud. Los pueblos indígenas subrayaron la necesidad de volver hacia una más grande armonía con la naturaleza e hicieron un llamado para un nuevo paradigma de bien estar. Alineándose con el MGCY, el “grupo mayor” de ONG se quejó de la falta de referencia a las capacidades de la Tierra. Las autoridades locales subrayaron la urgencia de una nueva agenda urbana, la cohesión territorial y regional. El “grupo mayor” de trabajadores y sindicatos se concentró sobre la importancia de los empleos verdes, el trabajo decente, y la protección social; mientras que el “grupo mayor” para las empresas y la industria le pidió a los gobiernos de desarrollar los marcos políticos que permitan un desarrollo verde inclusivo. La comunidad científica y tecnológica hizo un llamado para un más amplio reconocimiento del papel jugado por la ciencia en la toma de decisiones. Finalmente, el “grupo mayor” de agricultores subrayó la necesidad de hacer de la seguridad alimentaria una prioridad para llegar a un desarrollo sostenible.
La sesión de apertura ceremonial
Durante la segunda reunión plenaria (la sesión de apertura ceremonial) que se llevó a cabo el mismo día, presidida por la Presidenta de la Conferencia, Dilma Rousseff (Brasil), Ban Ki-moon reafirmó que “la Conferencia de Rio+20 nos da una oportunidad única […] para fijar un nuevo objetivo que equilibre los imperativos de crecimiento y desarrollo económico con las dimensiones sociales y ambientales de la prosperidad sostenible y el bien estar humano”. También advirtió que “el tiempo nos falta. No tenemos el lujo de diferir las decisiones importantes”.
Nassir Abdulaziz al-Nasser, Presidente del 66° período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, también describió la Conferencia de Rio+20 como una ocasión que se presenta solo una vez por generación y subrayó la necesidad de compartir el “conocimiento y las tecnologías que puedan ayudar a los países en desarrollo a hacer un paso hacia más vías para el desarrollo sostenible”. Continuó diciendo que “no debemos dejar que las crisis económicas y financieras mundiales desalienten la movilización por la cooperación para el desarrollo”. También insistió en la importancia de las asociaciones a todos los niveles, declarando que “es la única vía. Solo lo lograremos si estamos juntos”.
En su declaración Sha Zukang, afirmó que el desarrollo sostenible está por encima de los intereses limitados y a corto plazo. Sostuvo que “el desarrollo sostenible une el Norte, el Sur, el Este y el Oeste. Se trata de ustedes, de mi, de la juventud de hoy en día y de los niños de mañana”.
A continuación de los comentarios de los altos funcionarios de la ONU, cada Estado Miembro tuvo la oportunidad de dar una declaración. La mayoría de los miembros del Grupo de los 77 y China insistió en la importancia del principio de responsabilidad común pero diferenciada y la necesidad de tomar en consideración diferentes ángulos y prioridades nacionales de desarrollo. El Presidente de la Republica Islámica de Irán Mahmoud Ahmadinedjad hizo un llamado para un nuevo orden mundial; el Presidente de la República de Corea Lee Myung-bak, prometió brindar la asistencia oficial para el desarrollo (AOD) para un crecimiento verde; el Presidente de Kenya Mwai Kibaki se comprometió para brindar instalaciones de apoyo adicionales para una composición más amplia del Consejo de Administración del PNUMA; el Presidente francés François Hollande, expresó su apoyo para un impuesto sobre las transacciones financieras; el primer ministro de la Republica de China, Wen Jiabao, se comprometió para acordar fondos a los proyectos del PNUMA que tengan el objetivo de reforzar las capacidades de países en desarrollo y para tratar del cambio climático en los Estados de África, el Caribe y el Pacifico; finalmente el Presidente de la Comisión Europea José Manuel Durao Barroso le dio la bienvenida a la iniciativa del Secretario General de la ONU : “Energía Sostenible para Todos”.
El 21 de junio, el Presidente de Bolivia, Evo Morales Ayma hizo un llamado para la nacionalización de los recursos naturales y describió el ecologismo como una nueva forma de colonialismo. Rechazó la noción de “economía verde” que tendrá una carga injusta sobre los países del Sur. Dmitry Medvedev, primer ministro de la Federación de Rusia, expresó la voluntad de su nación de contribuir plenamente al Convenio de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS según sus siglas en inglés), mientras que le Presidente de África del Sur, Jaco Zuma dijo que para mejorar el funcionamiento del PNUMA, es necesario mejorar y aumentar su mandato con más sinergias con los acuerdos multilaterales sobre el medioambiente.
Finalmente, el 22 de junio, la Secretaría de Estado americana Hillary Clinton anunció una asociación entre los Estados Unidos y los Estados de África con el fin de promover el financiamiento privado para proyectos de energía limpia. La representante de Venezuela Claudia Salerno denunció el capitalismo y las practicas de consumo insostenibles, así como el concepto de la economía verde.
Las mesas redondas de alto nivel
Las mesas redondas de alto nivel trataron del tema: “El camino a seguir para la implementación de los resultados esperados de la Conferencia de Rio+20”. Entre los participantes estuvieron presentes Jefes de Estados o de Gobierno; ministros; representantes de entidades del sistema de las Naciones Unidas, “grupos mayores”, de organizaciones intergubernamentales, de organizaciones regionales; y ganadores del premio Nobel.
El 20 de junio, los representantes de Estados subrayaron la importancia de reforzar las capacidades y la transferencia de conocimientos paralelamente a la necesidad de ir hacia delante en el proceso de ODS que debe ser transparente, inclusivo, coherente y fiable. También insistieron sobre la necesidad de un enfoque democrático, viniendo de abajo para lograr el desarrollo sostenible. Los “grupos mayores” subrayaron la falta de financiamientos abordables a nivel local y rural tanto como la importancia de preservar las culturas indígenas. Las entidades del sistema de las Naciones Unidas se concentraron sobre la necesidad de cooperación y colaboración para reforzar las capacidades, el análisis y la revisión y sobre el desarrollo innovador de fuentes de financiamiento. Los diferentes cuerpos de la ONU también subrayaron la necesidad de una interfase entre la ciencia y la política y el respeto de los derechos humanos.
El 21 de junio, los Estados Miembros pidieron una definición clara de la economía verde teniendo en cuenta los derechos de los países en desarrollo de determinar sus prioridades nacionales. También insistieron en la necesidad de definir los principios que van a guiar los ODS, y dijeron que estos objetivos deben ser una fuente de inspiración, no prescriptible, realista, mensurable, universal y deben tomar en consideración el principio de responsabilidad común pero diferenciada.
Los jefes de organismos de las Naciones Unidas y de organizaciones internacionales recalcaron el impacto sobre el empleo de una transición hacia una economía verde y la necesidad de una protección social básica. También hicieron hincapié en la necesidad de adoptar objetivos y mecanismos de seguimiento con un enfoque basado en el género. Las declaraciones de “grupos mayores” que se concentraron sobre las mujeres y agricultores subrayaron el lanzamiento de una iniciativa internacional basada sobre la ciencia “Future Earth” y pidieron una más amplia participación de científicos en el proceso de toma de decisión. También compartieron su ira y frustración en lo que concierne el borrador del documento final.
La mañana del 22 de junio, los Jefes de Estado y de Gobierno pidieron el aumento de fondos para la transferencia de tecnologías liadas a la adaptación del cambio climático, el aumento de la participación de la sociedad civil, y un más amplio reforzamiento de las capacidades como siendo parte de todos los proyectos de desarrollo. Las organizaciones internacionales y las agencias de las Naciones Unidas se concentraron en la importancia de la degradación de los suelos, la necesidad de encontrar una solución para la energía y la pobreza tanto como la necesidad de lograr mejores sinergias entre los tres Convenios de Rio. Los “grupos mayores” hicieron hincapié sobre temas liados a las subvenciones de combustibles fósiles, la buena gobernanza, el compartir de información y la soberanía alimentaria.
Eventos paralelos
Durante estos tres días, así como durante la semana que precedió la Conferencia, un gran número de eventos paralelos se llevo a cabo. Una lista exhaustiva está disponible haciendo clic aquí; los eventos paralelos serán tratados individualmente en los próximos artículos del SENG.
La sesión de cierre de la Conferencia
Los Coordinadores Ejecutivos de la Conferencia, tanto como el Secretario General de las Naciones Unidas Ban Ki-moon y la Presidenta de la Conferencia, Presidenta brasilera, Dilma Rousseff, hicieron hincapié en el hecho que Rio+20 hace parte de un proceso global para el desarrollo sostenible. La Presidente Dilma agradeció a la sociedad civil por su movilización y reconoció que el documento final refleja un “consenso de partes al proceso para redoblar los esfuerzos para el futuro que queremos”.
El verdadero trabajo, como lo mencionó el Secretario General, comienza ahora; los Estados Miembros deberán adoptar el procedimiento y mantenerlo. El Secretario General de la Conferencia, Sha Zukang exclamó “que el espíritu de Rio esté siempre con ustedes”. Los líderes reconocieron los diferentes sucesos como el principio del proceso sobre los ODS, el acuerdo para un foro de alto nivel sobre el desarrollo sostenible, el reforzamiento del PNUMA, y el acuerdo sobre el consumo y la producción sostenible.
Las reacciones de la sociedad civil sobre la Conferencia de Rio+20
Así esta Conferencia haya sido sin duda la más abierta, participativa e inclusiva que la ONU ha organizado, los actores de la sociedad civil expresaron su decepción y frustración en lo que concierne la falta de voluntad política de algunos gobiernos. Después de haber compartido sus impresiones sobre Rio+20, los “grupos mayores” mostraron claramente que las inquietudes tratadas durante la apertura de la Conferencia de Rio+20 seguían existiendo durante el cierre de la Conferencia. En vez de participar activamente en el proceso de aprobación del documento final, los Estados Miembros solo aprobaron el documento final negociado el 19 de junio. Esto tuvo como consecuencia un cierto sentimiento “anti-climax” entre los miembros de los “grupos mayores”. Así el “grupo mayor” de empresas e industrias haya apreciado que el documento final reconoce que las empresas e industrias puedan hacer parte de una solución para el desarrollo sostenible, las ONG brasileras argumentaron que la Conferencia de Rio+20 solo se puso de acuerdo sobre algunos elementos importantes para un resultado potencialmente fructuoso. Algunos, pero no todos, de los “grupos mayores” describieron Rio+20 como representativo de un regreso para el multilateralismo.
En una declaración conjunta, los “grupos mayores” para los niños y la juventud; los agricultores y las ONG deploraron la falta de ambición del resultado final, así como la falta de un enfoque basado sobre los derechos humanos. Invitaron al Secretario General a promover pasos concretos para la erradicación del hambre y la malnutrición para todos : “con el fin de realizar el futuro que queremos y que necesitamos, los gobiernos deben reconocer los derechos de los agricultores, de los pueblos rurales así como proteger su derecho de acceso a las tierras, a la alimentación y al agua en las leyes internacionales relativas a los derechos humanos”. El “grupo mayor” para niños y la juventud subrayó que la Conferencia había fallado en inspirarlos: “vinimos acá para celebrar nuestra generación. Bailamos, soñamos y amamos en las calles de Rio, encontramos algo en que creer. Ustedes decidieron no celebrar con nosotros”.
El 24 de junio, el “grupo mayor” para las mujeres publicó un comunicado de prensa y una declaración en diferentes lenguas, declarando su “indignación” frente a la ausencia en el documento final de derechos reproductivos y sexuales de las mujeres como siendo esenciales para el desarrollo sostenible y la insuficiente mención de los derechos de las mujeres al acceso a la tierra, la propiedad y la herencia. “En Rio+20”, concluye la declaración, “los gobiernos tuvieron la oportunidad histórica de tomar medidas arriesgadas para ponerle fin a la pobreza y a la destrucción del medioambiente, para proteger los derechos de los miembros más vulnerables de la sociedad, para tomar medidas que implementen el derecho de las mujeres y el liderazgo femenino”. Contrariamente, el resultado de la Conferencia de Rio+20 podrá contribuir a “aumentar la pobreza, las inigualdades y el daño medioambiental irreversible. Este no es el futuro que queremos, ni el futuro que necesitamos”.
Así los sindicatos reconozcan que el documento final contiene algunos de los pedidos del movimiento de trabajadores (derechos sindicales y derechos humanos, protección social para la erradicación de la pobreza, trabajo decente, promoción de empleos verdes, etc.), están “amargamente decepcionados por el hecho que los gobiernos no hayan promovido o puesto en relación otros temas críticos o fijado acciones aprobadas que incluyan un programa social, medioambiental y económico que el mundo necesita”. Según los sindicatos, el documento final “no equilibra las tres dimensiones del desarrollo sostenible” ya que da un paso hacia atrás sobre la protección ambiental y los derechos reproductivos de las mujeres; no “conlleva a un verdadero cambio del modelo económico actual”, ni “construye una dinámica alrededor de las necesidades sobre la regulación y la gobernanza global”.
Para el cierre de la Conferencia de Rio+20, Amnesty International, Human Rights Watch y el Centro Internacional de Derecho Medioambiental (CIEL según sus siglas en inglés), notó que los problemas relativos a la economía mundial acompañaron la recesión de los derechos humanos con inquietantes compromisos mínimos fuera de la Conferencia de Rio+20. Hicieron referencia a las tentativas de diferentes países y grupos de negociación que no se comprometieron sobre los derechos humanos, sobre todo en lo que concierne la inclusión en el texto de: los derechos sexuales y reproductivos; las responsabilidades de las empresas de respetar los derechos; los derechos de libertad sindical, de reunión y de expresión. Estas organizaciones se sorprendieron de la ausencia de compromiso así como el hecho que el proceso de Rio+20 haya ignorado el derecho a un ambiente sano. Sobre una nota positiva, las tres organizaciones tomaron en cuenta que “es la primera vez que en una cumbre de alto nivel de las Naciones Unidas, los Estados reafirman el derecho al agua potable y al saneamiento”.
Reacciones criticas también vinieron de “CIVICUS: Alianza Mundial para la Participación Ciudadana” y de los “Amigos Internacionales de la Tierra” (FOEI, según sus siglas en inglés). CIVICUS argumentó que Rio+20 mostró el límite de un procedimiento intergubernamental para llegar al desarrollo sostenible, proteger los derechos humanos, promover la participación plena de los pueblos, dado los intereses competitivos predominantes de los Estados en las negociaciones y en los compromisos finales. FOEI por otro lado sostuvo que el sector empresarial es responsable, notando que “Rio+20 es el resultado de nuestros líderes mundiales que venden el planeta”. Nnimmo Bassey, presidente de FOEI declaró que “una vez más, las empresas contaminadoras secuestraron el proceso de decisión de las Naciones Unidas para darle prioridad a sus intereses económicos a expensas del pueblo y el bien estar del planeta”.
Las dos organizaciones afirmaron que el documento final refleja insuficientemente las acciones concretas o audaces propuestas por la sociedad civil, la Cumbre de los Pueblos (15-23 junio), y otros participantes. Según Katsuji Imata, Secretario general por ínterin de CIVICUS, “la alianza hace un llamado para un sistema internacional con una participación plena que permita que las diferentes voces sean escuchadas, respetadas y reflejadas así como los diferentes puntos de vista e intereses, especialmente de las personas más vulnerables y de los pueblos marginalizados. Esto solo puede ser posible con la inclusión de la sociedad civil. Rio+20 nos muestra definitivamente que el sistema multilateral tal cual está ya no es adaptado a su propósito y necesita un cambio radical”. FOEI también expresó su inquietud sobre el hecho que el resultado final no reconoce la responsabilidad de los países desarrollados para tomar iniciativas para un consumo y producción sostenible; que las multinacionales son la principal causa de las múltiples crisis a las que el mundo se confronta; que el mundo industrial debe pagar la deuda ecológica por la puesta a disposición de nuevos recursos financieros públicos y adicionales, y por la transferencia de tecnologías; y que las energías fósiles deben pararse progresivamente por una transición hacia una economía limpia y controlada por la comunidad. Además, FOEI opina que un enfoque voluntario de los compromisos es ineficaz y puede ser victima de fáciles abusos.
Además, The Elders, un grupo independiente de lideres mundiales que trabajan juntos por la paz y los derechos humanos, declaró que “la declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible (Rio+20) no es la respuesta que necesitamos para salvaguardar las personas y nuestro planeta”. Mary Robinson, ex Presidenta de Irlanda y ex- Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos lo describió como un “fracaso del liderazgo”, y Fernando Henrique Cardoso, ex-Presidente brasilero, expresó su inquietud sobre el hecho que la declaración no le da la misma importancia a la protección ambiental como lo hace para el desarrollo humano y el crecimiento. Gro Harlem Brundtland, antiguo primer ministro noruego y Presidente de la Comisión de las Naciones Unidas que llevó el concepto del desarrollo sostenible a la atención mundial hace 25 años, deploró que la declaración de Rio+20 “no hace suficiente para poner la humanidad en la vía de la sostenibilidad” y omitió los derechos reproductivos. También subrayó que “sin embargo – con un texto imperfecto, tenemos que ir hacia delante. No tenemos otra alternativa”.
Así la Red del Tercer Mundo (TWN según sus siglas en inglés) reconozca las debilidades del documento final, le da una interpretación más positiva a lo que se desarrolló durante los últimos días de negociaciones bajo la orientación brasilera. En sus Ultimas Noticias (No 22), TWN explica como algunos Estados Miembros trataron de debilitar el documento sin lograrlo. El documento final al menos incluye ahora un compromiso para liberar la humanidad de todas las formas de pobreza (y no solo la pobreza extrema); reconoce la necesidad de modificar los modelos no-sostenibles actuales a modelos de producción y consumo sostenibles, y adopta un marco de acción de 10 años. Es más, reafirma el respeto de todos los derechos humanos incluyendo los derechos más controversiales como el derecho al desarrollo y a la alimentación, y también reconoce la democracia, la buena gobernanza y el estado de derecho como elementos esenciales para el desarrollo rural, así como los Principios de Rio.
TWN observa que “mientras muchos son críticos hacia el documento final intitulado ‘El futuro que queremos’, reprochándole de no ir suficientemente lejos, era esencial reafirmar los Principios de Rio sobre todo el principio 7 sobre las responsabilidades comunes pero diferenciadas y este llegó a un resultado concreto”. El principio 7 está redactado de la manera siguiente: “Los Estados deberán cooperar con espíritu de solidaridad mundial para conservar, proteger y restablecer la salud y la integridad del ecosistema de la Tierra. En vista de que han contribuido en distinta medida a la degradación del medio ambiente mundial, los Estados tienen responsabilidades comunes pero diferenciadas. Los países desarrollados reconocen la responsabilidad que les cabe en la búsqueda internacional del desarrollo sostenible, en vista de las presiones que sus sociedades ejercen en el medio ambiente mundial y de las tecnologías y los recursos financieros de que disponen”.
Otra opinión positiva sobre el resultado de la Conferencia de Rio+20 se encuentra en un reciente blog post en la página Internet de Rio+twenties, intitulado “¿Que harán los jóvenes si Rio fracasa?” Subraya que Rio+20 fue un éxito para garantizar una plataforma importante de intercambio de ideas, y de discusión de temas claves para la agenda del desarrollo sostenible. Además, el blog post argumenta que el “desarrollo sostenible no debería ser dependiente de tratados vinculantes o de acuerdos comerciales. Debemos luchar para vivir en un mundo sano donde podamos vivir en seguridad, dónde el aire que respiramos y el agua que bebemos sean limpios”.
Reacciones del sistema de las Naciones Unidas
Concientes de los pedidos de los diferentes “grupos mayores” tanto como de la sociedad y de movimientos sociales (por su visita a la Cumbre de los Pueblos) el Director Ejecutivo del PNUMA Achim Steiner reconoció que “El resultado de Río+20 decepcionará y frustrará a muchos debido a la ciencia, a la realidad diaria de simplemente tratar de sobrevivir como individuos y como familias, al análisis de hacia dónde se dirige el desarrollo para siete mil millones de personas y a la enorme oportunidad de una trayectoria diferente. Sin embargo, si las naciones, compañías, ciudades y comunidades pueden avanzar en los elementos positivos de los resultados de la cumbre, esto puede contribuir a que algún día alcancemos “El futuro que queremos”.
En contraste con las posiciones criticas de la sociedad civil, el sistema de las naciones Unidas parece concentrarse en los elementos positivos. Por ejemplo, el Fondo de las Naciones Unidas para la Población (UNFPA), le dio la bienvenida a la reafirmación en el documento final de los compromisos hechos por el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (Cairo, 1994) y el reconocimiento de la importancia de la salud reproductiva y sexual, y de la necesidad de integrar este tema como una prioridad en las estrategias y programas nacionales. También le dio la bienvenida al compromiso para reducir la taza de mortalidad materna y de niños; de mejorar la salud para las mujeres, jóvenes y niños; de promover la igualdad de los sexos; de proteger el derecho de las mujeres, hombres y jóvenes para que tengan un control y puedan decidir libremente y de manera responsable de preguntas liadas a su sexualidad, incluyendo el acceso a la salud sexual, reproductiva, libre de coerción, discriminación y violencia; y de asegurar que los sistemas de salud brinden la información necesaria y los servicios de salud sexual y reproductiva de mujeres, incluyendo un trabajo para el acceso universal a métodos modernos de planificación familiar segura, efectiva, asequible y aceptable.
En su reacción sobre la Conferencia, el Director Ejecutivo del UNFPA Babatunde Osotimehin declaró que “La salud y los derechos son vitales y el centro de la sostenibilidad […] No podemos promover el desarrollo sostenible sin promover la salud – especialmente la salud reproductiva – y los derechos de las mujeres y niñas, así como los de la juventud”.
Considerando que los derechos humanos estaban virtualmente ausentes del borrador del texto negociado antes de la Conferencia, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos Navy Pillay se complació en ver que el documento final de la Conferencia incluya las disposiciones sobre los derechos humanos, tanto como diferentes enfoques de desarrollo basados en los derechos humanos, como los principios de participación, responsabilización, no-discriminación, y autonomización, pero también del estado de derecho y la democracia. El resultado final de la Conferencia incorpora las disposiciones sobre los derechos al desarrollo, a un nivel de vida adecuada, a la alimentación, al agua y al saneamiento, a la salud, a la educación, a la protección social, al acceso a la justicia; el derecho laboral; los derechos de las mujeres, de los pueblos indígenas, de las minoridades, de las personas mayores, de los migrantes (incluidos aquellos en situaciones irregulares), de personas viviendo bajo ocupación extranjera; y los derechos liados a la salud sexual y reproductiva; y los derechos sexuales. Sin embargo, en una observación compartida por diferentes grupos de la sociedad civil, la Sra. Pillay reconoció que el documento resultaba en “asuntos no resueltos”, especialmente en términos de disposiciones sobre los recursos adecuados y el control ambiental; la libertad sindical y las libertades de reunión y expresión; los estudios de impacto sobre los derechos humanos; los mecanismos de rendición de cuentas más estrictos para los gobiernos y las empresas; y llamados a una diligencia razonable de entidades publicas y privadas. La Sra. Pillay pidió también a la comunidad internacional de ver el documento final de la Conferencia de Rio+20 como “sólo el primer paso hacia una agenda ambiciosa y responsable para nuestro planeta y las personas que lo habitan”, y para asegurar que los elementos faltantes actualmente se verán reflejados en el marco de los nuevos ODS, volviéndolo un marco fundado sobre los derechos humanos. Concluyó diciendo que “Solo un enfoque basado en los derechos humanos puede verdaderamente ser un enfoque centrado en el ser humano”.
La Secretaria de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, también se pronunció y se complace en ver que el documento final de la Conferencia de Rio+20 hace una referencia particular a las personas con discapacidad. El documento reconoce las responsabilidades de Estados de respetar, proteger y promover los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos; afirma que las políticas sobre la economía verde en un contexto de desarrollo sostenible y de erradicación de la pobreza debería mejorar el bien estar de las personas con discapacidad (párrafo 58(k)); se compromete en promover políticas de desarrollo sostenible que apoyen un modo de vida seguro y sano para todos, en particular, para las personas con discapacidad (párrafo 135); y subraya la necesidad de asegurar una igualdad de acceso a la educación para las personas con discapacidad (párrafo 229).