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“Necesitamos, con una movilización mundial, luchar por una reforma completa de la gobernanza socioambiental, pues la actual no responde en modo alguno a los intereses de los pueblos del mundo y de la Madre Tierra”.
Así resumió Ailton Krenak, uno de los más conocidos líderes indígenas de Brasil, miembro de la Red Pueblos del Bosque, el rumbo que a partir de los resultados de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, Rio+20, las organizaciones y movimientos sociales deben dar a su lucha por proteger el medio ambiente en el planeta.
Krenak participó en la Cumbre de los Pueblos por la Justicia Social y Ambiental y en Defensa de los Bienes Comunes que reunió a miles de representantes de organizaciones no gubernamentales y movimientos sociales de todo el mundo, que tuvo lugar en el Parque del Flamengo, en Rio de Janeiro, de forma autónoma y paralela a la oficial Rio+20.
“Están secuestrando simbolismos importantes para el pueblo, en beneficio de intereses corporativos”, afirmó, en referencia a la expresión “economía verde”, uno de los temas oficiales de Rio+20.
El líder indígena hizo esta afirmación en la Arena Socioambiental, principal espacio de diálogo del gobierno brasileño con la sociedad civil en Rio+20.
Para Krenak, ante la falta de firmeza de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de los representantes de los países desarrollados, Brasil debió ser más audaz en el liderazgo de las negociaciones en Rio+20.
“Pero lo que está sucediendo en Brasil es la repetición de los actos de la dictadura [militar que gobernó entre 1964 y 1985], cuando grandes proyectos en la Amazonia fueron muy destructivos para los pueblos indígenas y habitantes de los bosques en general”, protestó.
Intereses corporativos
La creciente influencia de las grandes corporaciones en el sistema de la ONU, en consonancia con la búsqueda de la mercantilización de la naturaleza, fue una constante en las críticas que los movimientos sociales y organizaciones no gubernamentales, especialmente en el ámbito de la Cumbre de los Pueblos, hicieron a todo el proceso de Rio+20.
“Las posiciones gubernamentales han sido cada vez más invadidas por estrechos intereses corporativos ligados a industrias contaminantes y sectores empresariales que buscan lucrar con el medio ambiente, el clima y las crisis financieras”, afirmó Nnimmo Bassey, presidente de Amigos de la Tierra Internacional.
La organización lanzó el 19 de junio un informe que denuncia la “captura” de la ONU y de Rio+20 por las grandes corporaciones, citando entre otros ejemplos los casos de la Iniciativa Energía Sostenible para Todos (SE4ALL), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Convenio sobre la Diversidad Biológica, “cada vez más impulsados por actores sociales interesados en la financiarización de la naturaleza y no por la necesidad de conservar la biodiversidad”.
De hecho, los pueblos indígenas han sido particularmente críticos de los resultados de Rio+20. “La ONU está perdiendo cada vez más presencia real, y con ello aumenta la influencia de las corporaciones en los organismos multilaterales y del sistema de las Naciones Unidas”, señala Krenak.
Actividades y conclusiones
La preparación de un Día Mundial de Huelga General y la movilización de la ciudadanía global contra la militarización de los Estados y territorios, la criminalización de las organizaciones y movimientos sociales, la violencia contra las mujeres y las personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales y transgéneros, y a favor de la garantía del derecho de los pueblos a la tierra y el territorio urbano y rural, el cambio del modelo energético, la reafirmación de los derechos humanos y la democratización de los medios de comunicación.
Estas fueron algunas de las conclusiones de la Cumbre de los Pueblos que tuvo en su agenda cerca de 500 eventos, protagonizados por grupos diversos. Se realizaron también sesiones plenarias, en torno a tres ejes: Causas estructurales y falsas soluciones, Nuestras soluciones y Agenda de Luchas y Campañas. El 21 de junio fue promovida la Asamblea de los Pueblos, para aprobación del documento final e indicación de los próximos pasos de movilización de la ciudadanía planetaria.
“No aceptamos paliativos, que dejen intactas las causas estructurales de los problemas sociales, económicos y ambientales, reproduciendo y agravando las múltiples formas de desigualdades vividas por las mujeres, así como las injusticias socioambientales”, dice el documento “Del Territorio Global de las Mujeres en la Cumbre de los Pueblos para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sustentable (Rio+20)”, emitido por la Marcha Mundial de las Mujeres.
“Proponemos el pacto de Rio de Janeiro de los pueblos en lucha para que volvamos a nuestros lugares de origen y todos los días llevemos adelante luchas contra nuestros verdaderos enemigos”, dijo el dirigente de Vía Campesina, João Pedro Stédile, en la manifestación más grande asociada con Rio+20 que tuvo lugar el 21 de junio, cuando más de 80,000 personas marcharon por el centro de Rio de Janeiro.
Diversas acciones se lanzaron durante la marcha, con críticas al curso oficial de Rio+20 y reiterando la necesidad de una mayor movilización global contra la mercantilización de la naturaleza.